La melancolía de
la tarde
hace su tarea
infinita
la brisa anticipa
la lluvia
el sol se va como
rápido
se va sin saludar
y el viento llega
y se estanca
mis ojos fijos en el árbol
lo veo mover su
copa, fuerte
Observo a mí
alrededor
la naturaleza
muta
preparo el romero
dejo que los
perros laman
mi cara, cuello,
manos
mi boca
así es que me quieren
Oscurece
cerré los ojos
los abrí
y era la noche
dejé de leer, ya
no veía
me pregunté mil
cosas
discutí conmigo
la tristeza, la soledad
El ventarrón
enloqueció
subí a mi
altillo
y desde la cama
con los ojos
en mi ventana
esperé
la lluvia
(Ahora pienso
¿Por qué no
la esperé
afuera?
Yo siempre fui
una cobarde)
(encontrado en una libreta del 2010)
Tod@s somos, de una forma u otra, cobardes en algún momento de la vida.
ResponderEliminarEn algunos casos durante toda la vida, pero espero que esos sean los menos.
Saludos
J.
¡Aaah! ¡Pero qué lindo esto!
ResponderEliminar¡Triste, pero muy lindo! O tal vez, por triste, más lindo.
Ahora no
ResponderEliminarpienses