Él envía canciones de ríos secos, de distancias. No quiere ver más a todo aquel que se ha ido.
Habla de extrañarme. Habla de lo que no es.
Cree verme caminando por montevideo.
Y lamenta no haber dicho éso, aquella noche, mientras amasábamos el pan y tomábamos el vino.
Reprocha que no me haya jugado, por él, por nosotros.
No sabe cuánto me gustó andar en bicicleta aquel domingo por 18 de julio, sintiendo el frío en las manos, mi nariz helada, entumecidos los pies.
No sabe, cómo me dejé doler. Ni lo mucho que lo quiero.
Mentí, si dije que el bombón no era de televisión.
Por la mentira, fue el beso. Y por el beso, todo lo demás.
Entonces maldice no haberme podido querer.
No el tiempo
sólo los instantes
no el amor
no
sí
no.
El amor romántico.
Ése que siempre nos faltó. O que anduvo cuadras detrás y jamás pudo alcanzarnos.
Ahora sólo nos queda
un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.
El amor perdió sentido. No nos interesa. Hay cosas más importantes que el amor. No lo necesitamos, él es prescindible.
Lo que ansiamos, es mover la modorra, el odio. Sabotear, quemar. Un amor de barricada.
Amor incendiario, para no decir: "morir es poca cosa", ya muertos.
muy bien escritos. Este y el de arriba. La verdad me gustás. Ando medio repodrido del blog y vos me refrescaste. Gracias.
ResponderEliminarGOL
ResponderEliminarQue no queden resabios
ResponderEliminarni canutos perdidos
ni palabra guardada.
Todo al fuego!