Me revuelvo en la cama, cinco y media debería dormir, sé lo que me espera.
pero no puedo, me paro y camino por la casa oscura
hasta el cuarto del fondo a ver al niño
cómo llego un niño a esa cama
cómo llegue yo a esta casa
acá nací
acá nació
acá nacimos
lo que más quiero es hacer nuestros días felices
para un adulto no es tan fácil fascinarse con las nubes
vos te fascinás con todo
con las monedas los perros los colores de los autos los tamaños
las nubes las hojas el agua las flores los acolchados
Yo apenas me conozco y ahora me miro al espejo
este rostro
este ojo rojo
sin edad
no sé si me veo grande
yo me veo ahí
como si el tiempo no hubiese cambiado mi cuerpo
ahí
perdida
acá
tratando de encontrarle sentido a las formas de mi vida
a la forma de mi casa
a la vela que me alumbra
mi estómago está vació y no me interesa darle nada
es la extrañeza peligrosa
igual que esa lucidez que puede separarte de la vida
besos
la edad no me dice nada de nosotros
el fuego nos enloquece a todos
quemar romper
sueños
sueño con
quemar romper y amar
quemar romper y ver si después es posible amar
todos los días peleo
me peleo a mi misma
por ser verdadera
aceptar mi ignorancia y cagarla a patadas pero en privado
por no intentar demostrar nada que no soy
la primera guerra mundial es con uno mismo
siento que puedo dormirme de hambre
desmayarme
la llama escucha también los motores
desvestirme
apenas alumbra la vela mis venas
que saltan cuando aprieto las teclas
la sangre bombea cuando aprieto la lengua
un varón
soy un varón si yo quiero
puedo caminar por la oscuridad
sin que nadie me vea ni siquiera me oiga ni siquiera me piense
no existo en nadie más que en mí ahora
lo puedo sentir
lo puedo saber
la verdad existe
y no necesita explicación
antes
mientras caminaba por los alrededores de la plaza
el clima invitaba a volver a ella
pero con un nuevo cuerpo
los pibes ocupaban los bancos que aparecieron en invierno
y yo caminaba por el molino y más allá
tratando de dormir al río
y mi pibe pedía por el padre
y nadie pudo escucharlo
ni siquiera imaginarse
el gemido del dolor que sentí
ante su inocencia
ante su verdad
ante el tono de su voz.
Carnalita
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