miércoles, 2 de abril de 2014

¿O qué?

Una cita. Los colores de las verduras. Los cortes de pelo. Hablás de cascadas, de espuma y de edificios. Vos querés ser la princesa, entendí todo. Hoy lo entendí.

¿Qué sos? Yo soy ese vino que se tomó, que fue rico y todos lo sabemos pero ¿qué? ¿Fui una edición limitada? Hazte la fama y échate a dormir. Cuando rompe la ola. Es que vos sos las emociones fuertes, sos el volcán ¿te acordás? Amnesia temporal tenemos todos alguna vez. Mojate la cara. Te refrescás la memoria y largás lava por la boca en segundos, en serio.

Y fumo una pitada más de porro y me dan ganas de un pucho y un trago de vino, de ese que insistí para comprar, que te lo vendí, que le ganó al de $77 que vos proponías, con ese dejo amaderado que contabas. Pido una anécdota por adelantado y me encuentro en una nueva, viviéndola. Con mi delantal de princesa y el tuyo… tan tuyo, tan pegado a tu piel, esa que se quema con aceite cuando cocinás, desnuda, sola, riendo.

What a mess I´ve made of my life? Los delantales lo dicen todo. Vos princesa, yo mucama, esa con bigotes, media sucia, con ropa roída, ordinaria. Pero no me molesta, me gusta que sea así. Me gusta que seas la princesa del viaje. Viste que siempre las mucamas pobres a algún que otro ricachón se enganchan… ¿quién te dice?

Un chuponcito al vino a la carrera, antes de salir, de dejarte, de existir sin vos. Tan rico, apetecible. Y otro más y otro más. Ya voy.

Y me duelen los amores que no fueron, o que se esfumaron, que se perdieron en el tiempo de las decisiones, del con vos o sin vos, del sola. Y ahora me retuerzo en lo que fue. Con un falso puñal que me da en el medio del pecho, por la consecuencia de este vino que me hace volver a quererte acá, haciéndome cuestionar tu partir, pero está bien. Ahora está bien así. Ya pasa, ya vamos a comprar una cerveza más. Y que sigan los recuerdos y que cambie la escena y que baje el telón.

Mi cabeza son las Guyanas, ¿quién sabe? Nadie. ¿Qué importa? Mi cabeza es lo que quiera ser. Yo soy lo que quiera ser. Prefiero morir en el Caribe a que me pise un Peugeot en 8 de octubre.

Y cuando no quieren, no quieren.

Yo no escucho la radio. No miro la tele. ¿Cómo tengo que vivir? Eso es lo que me pregunto siempre. Tengo un copete de la masita. Lloré.

La vida es un misterio.



*Escrito en conjunto con Paola, a modo de cadáver exquisito, una noche cocinando en mi casa.
Esa noche, escuchamos los mejores temas de los Smiths y borrachas inventamos una riquísima receta. Fuimos cinco veces al 24hs de Propios, en peor estado cada vez. Las almaceneras reían. Cenamos y nos acostamos a ver una película pero yo me mareaba. No pude verla porque tuve que levantarme a vomitar. Pao tampoco la vio, se quedó dormida.
Me emborraché a nivel vómito, un martes, en mi cocina. 
Nada mejor que vomitar, bañarse y dormir al lado de alguien que te quiere, que querés. ¿O qué?


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