martes, 27 de junio de 2017

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Miro fotos.
El tiempo pasó rápido. Hizo estragos y también lo contrario.
Mi verruga creció. Muchísimo. Debo tener cáncer o algo por el estilo.
Aquel pantalón, hoy es short. Me acuerdo que lo prendí fuego, secándolo en una estufa halógena en el 2010. Y aún así, lo usé quemado, por años. Un día me cansé y lo convertí en short. Nunca lo usé.
El pelo lo tengo siempre distinto. Parece que cambié muchas veces.
En esa estoy tan linda. Me enamoro de mí y maldigo el tiempo. Parezco una vieja diciendo que extraño mi cintura de avispa.
¡Mis botas negras pampero! Cómo me dolió tirarlas. Me costó horrible. Aunque estuvieran llenas de agujeros y los días de lluvia lo padeciera, me costó. Aún las extraño.
Qué será de esa cadenita, te dejaba el cuello verde y eso me daba ternura.
En ésta estoy rodeada de hombres, siempre fui media varonera, bien a lo Casciari.
Ahí tengo las tetas chicas, perfectas, no tienen estrías como ahora. Ni leche. Están vacías.
Eso sí, nunca tuve culo. En ninguna foto, ni ahora. Nací sin culo y voy a morir así.
El bronceado del caribe, qué nostalgia. Hoy estoy verde.
Leía un libro de Rimbaud en bombacha. Ahora ni leo ni uso bombacha.
Mirar mis fotos me hace acordar a la película Amour de Haneke, cuando la vieja le dice al viejo: "es bonita la vida, tan larga".
A veces me extraño, horrores.
Ésta fue cuando encontré a un sapo de peluche en el contenedor de basura. Venía borracha, Estaba sucio y lleno de pelos. Nadie lo quería. En una patita decía: "Betto", Al otro día, de resaca, lo lavé y lo cosí. Era hermoso. Ahora vive cerca de una cala en el mediterráneo. Seguramente me lo agradezca de por vida. Betto tendría un buen karma, ahora que lo pienso.
En muchas me estoy riendo. En algunas estoy particularmente feliz. Tengo inocencia en los ojos.
En las de la escuela estoy hinchada. A Silvina la moña le quedaba soñada.
Fui tanto hacia atrás que volví al principio. Volví a hoy. En la de hoy estoy comiéndome el piecito de una bebé, mi hija. Pancita, panza, panzota... bebé. Comiendo piecitos de bebé.
Tetas grandes, kilos de más, cara de cansada.
Es lindo que alguien salga de adentro de vos. Aún no lo entiendo bien. Y se lo pregunto pero no me contesta porque todavía no habla. Pero ya hablará y espero me diga cómo es crecer dentro de mí.
La amo.
Le pusimos Lola porque me trae al sur, al flamenco, a los gitanos. No Dolores, Lola. Lola inspira menos dolor,  Y de segundo nombre, Alejandra. Por Alejandra Pizarnik.
Lola Alejandra. No pega ni con moco. Pero qué me importa.


Es bonita la vida, tan larga.

4 comentarios:

  1. Siempre que estoy triste o que siento que ya no puedo escribir nada (que suelen pasar a la vez y muy seguido) entre acá y leo esta entrada, la de abajo (pagaría por un libro de poemas tuyo) y la primera de todas. Y me voy un poquito menos mal.

    Un beso que cruce el charco!

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  2. La primera? En serio? Gracias. Me abriga el alma lo que decís. Al menos por un rato está menos vacía.
    Voy a escribir pronto.

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  3. Creo que lo que más me impresiona es notar las pocas fotos mías que tengo.
    O las vidas que cambian, tan opuestas a la mía, siempre igual, circular e inmóvil.(o que alguien llame a su hija Alejandra por A. P.)Como sea, algo resuena lo bastante como dejar un signo aquí.

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